El árbol de encino puede ser fácil reconocerlo o identificarlo porque produce bellotas, las frutas preferidas por las ardillas. Es una especie que se puede conseguir en los bosques de grandes extensiones con hasta 1250 metros de altitud, especialmente en terrenos secos demostrando que es una planta resistente a la sequía y temperaturas extremas.
Hojas del árbol de encino
Las hojas pueden mantenerse en el árbol hasta por cuatro años por lo que podrá ser una opción para decorar jardines sin preocuparse si su aspecto cambiará con las temporadas. Las hojas son muy delgadas y de color verde suave, cuando son jóvenes. Cuando maduran, son coriáceas, de color oscuro y tienen de 6 a 16 cm de largo por 3 a 10 de ancho.
El margen de las hojas del encino es ondulado o aserrado. El haz puede ser liso y el envés es densamente tomentoso. Por el envés los nervios laterales son prominentes.
¿Qué fruto da el encino?
El fruto es una nuez, comúnmente llamada bellota, protegida, en el extremo más próximo a las ramas, por una especie de cúpula o cascabillo. Su fruto y su corteza tienen un alto contenido de taninos.
Son especies dominantes y muchas veces forman rodales enteros de una sola especie.
Están asociados con coníferas como el ciprés (Cupressus lusitanica) y el pino (Pinus spp). Sus flores son polinizadas por el viento. Por esta razón los encinos producen mucho polen y tienen flores pendulares.
Cuidado de los encinos
Cuando los árboles son muy jóvenes sus flores están presentes en los meses de marzo y mayo.
Es una planta sensible a los transplantes por lo que si se quiere cultivar es preferible hacerlo directamente en el terreno.